Otra vez la misma ruta, el mismo bar, la misma seguridad de tenerte cerca.
Me haces bien, mucho bien.
Esa mirada blanqueada me hizo olvidarme de lo que me haces sentir, de como puedo llegar a quererte. Me dió miedo, me hizo sentirme horrible. No quiero que me vuelvas a mirar así. Yo nunca te hice nada con maldad, ni lo haría. Yo te quiero.
Después, verte acostado, abriéndote en lo que sos. Hablándome, contándome. Nuestras caderas jugando a provocarse, mis piernas abrazando tu cintura. Cuánto que me das!
Me haces fuego, humo. Me quemás! Envuelta en vos, envuelta en fuego. Podría morderte siempre, sabes?
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