Un pasillo embriagador y adictivo, unos labios especiales para fundirse.
Mi boca me pedía suavidad, lentitud. Cualquiera haya sido el rose, se encendía un color.
Alrededor se borraba el piso, las paredes, la gente, el bar, el planeta. No estaba acá, Leandro me hacia volar.
Quería más, quería todo. Vivir al borde, en el limite, hermoso mío, nos va a matar.
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